En 1972, David Bowie mutó en Ziggy Stardust, The Rolling Stones y Neil Young editaron sus mejores obras y España vivió el nacimiento musical de una chica bien sacando los colores al franquismo
En 1972 el glam rock estaba disparado. Los músicos se calzaron plataformas, pantalones apretados y camisas de seda. Se pintaban, teatralizaban sus actuaciones y promulgaban la ambigüedad sexual. Tocaban rock and roll pringoso, en contraposición a la corte del rock progresivo. David Bowie se inventó a Ziggy Stardust, Marc Bolan hacía volar a T. Rex, Roxy Music se estrenaban con un gran disco, Slade publicaban su desbarrado Alive!… Roto el sueño de paz y amor, los hippies colonizaban Laurel Canyon para drogarse y componer música tan turbulenta como balsámica, como el debut de Jackson Browne. En España, fue el año de la presentación de Cecilia, una muchacha que podía haber sido de leyenda si no llega a toparse con la desdicha. La cosecha de hace 50 años fue abundante y sobresaliente. Esta es una selección de parte de lo mejor…
– The Rolling Stones, ‘Exile On Main Street’
¿Quiénes son? Los Rolling Stones huyendo del fisco británico a principios de los setenta. Se instalaron en el sur de Francia, en una mansión, Villa Nellcote, invitaron a trileros callejeros y noctívagos de la alta sociedad y grabaron buena parte de este doble disco, para muchos el mejor de su carrera.
¿Por qué es tan bueno Exile On Main Street? Resulta curioso comprobar que ninguna de las canciones clásicas de los Rolling Stones se encuentren en el considerado su mejor trabajo. Las que más se acercan son Happy, seguramente la canción más famosa cantada por Keith Richards, y Tumbling Dice, una joya favorita de los más gourmets de los Stones que llegó al territorio masivo porque el grupo la empezó a recuperar en sus giras por estadios de la era moderna. Dos casi clásicos en un disco doble de 18 temas. Aunque en su anterior trabajo, Sticky Fingers, ya lo apuntaron, Exile resulta el álbum más americano de los británicos, con una clara rendición al country-rock (recordemos que Gram Parsons andaba visitando mucho a Richards por esa época). A veces de un sonido caótico (cualquiera que pasara por allí —camellos incluidos— podía dar palmas o tocar una pandereta) y acelerado (escuchen Rip This Joint), contiene canciones absolutamente maravillosas, como Let It Loose, quizá la mejor balada de su carrera; Sweet Virginia, un emocionante country de bar; rock and roll del bueno con All Down The Line; blues pegajoso con Ventilator Blues… Hay pocos discos dobles en la historia del rock donde no sobre alguna canción. Este es uno.
– David Bowie, ‘The Rise And Fall of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars’
¿Quién? Ah, el truhan de David. Vendió al mundo este disco como un álbum conceptual: un extraterrestre bisexual de cabello naranja que se convierte en una estrella del rock y acaba suicidándose. Sin embargo, las canciones son un poco de aquí y de allá, muchas sin conexión. Pero gracias al personaje que inventó (Ziggy Stardust) consiguió vender el tema de la conceptualidad. Una triquiñuela del artista que hace su propuesta aún más fascinante. Stardust anunció su muerte en un concierto en julio de 1973 en Londres. No lo sabían ni los músicos, que se quedaron sin trabajo. A estos sí que les sentó mal la broma.
¿Por qué es tan bueno The Rise And Fall of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars? Seguramente David Bowie tiene mejores álbumes que este, pero nunca sonó tan descarado y estimulante como en Ziggy Stardust. Es la culminación del glam-rock, ese movimiento en esencia rock pero inundado de teatralidad y androginia sexual. Bowie propuso canciones accesibles y a la vez sofisticadas y barrocas. Un triunfo absoluto. Starman, Ziggy Stardust, Lady Stardust, Rock and Roll Suicide… Temas que 50 años después suenan todavía modernos. Solo él podía hacerlo.
– Cecilia, ‘Cecilia’
¿Quién es? Con 23 años grabó su disco largo de debut Evangelina Sobredo, una chica de vida itinerante (Jordania, Inglaterra, Argel o Estados Unidos) debido a la profesión de su padre, militar y diplomático. Tres discos largos editó hasta que falleció en un accidente de tráfico con 27 años.
¿Por qué es tan bueno Cecilia? Una chica de familia bien sacando los colores a la España de los últimos años de la dictadura. Con canciones como la demoledora Fauna, donde por medio de animales retrata las diferentes especies de la sociedad Española; o Dama Dama, sobre la hipocresía de las clases altas; o Nada de nada, con una letra casi nihilista. Con los pomposos arreglos de Juan Carlos Calderón y bajo cierta influencia serratiana, se trata de un disco de folk-pop sorprendentemente transgresor para la época y para una cantante que debutaba. Atención a la imagen de la portada, con un guante de boxeo, mujer empoderada en la España de Franco. Una lástima la temprana muerte de su autora.
– The Allman Brothers Band, ‘Eat A Peach’
¿Quiénes? Un grupo de rock en su peor escenario posible: después de la muerte abrupta de su líder. Duane Allman tenía 24 años cuando falleció en un accidente de moto. Ocurrió en octubre de 1971 y este trabajo salió meses después.
¿Por qué es tan bueno Eat A Peach? Tras la desaparición de Duane el grupo se planteó si debía continuar. Decidió que sí y lo hizo con este disco, donde se rescatan algunas grabaciones todavía con Duane, sobre todo temas grabados de los conciertos del Fillmore. Las tres primeras canciones ya son sin el guitarrista y se aprecia que el grupo va a poder sobrevivir a esta pérdida. Dickey Betts coge el mando de la guitarra y el estilo blues-rock sureño de la banda se diversifica: Les Brers In A Minor es una fogosa aproximación al universo Santana, y Melissa resulta una formidable balada en la línea de Wild Horses, de los Rolling Stones. Entre las últimas aportaciones de Duane y el renacer del grupo se completa un álbum espléndido.
– Jackson Browne, ‘Jackson Browne’
¿Quién es? Un portento. Con 16 años ya había compuesto These Days para Nico. Luego llegarían canciones para los Byrds, Eagles … y su debut, este disco, que lo concretó con 24 años.
¿Por qué es tan bueno Jackson Browne? Romántico, vulnerable, incisivo, seductor… Todo eso transmitía con sus primeras canciones un Jackson Browne veinteañero, con una voz única para llegar a lo más hondo del oyente. Este disco descubre a un talento desbordante que se desarrollaría en sus siguientes discos. Una pieza fundamental del sonido californiano de Laurel Canyon con canciones como Doctor My Eyes, Jamaica Say You Will, Rock Me And The Water o A Child in These Hills… La cantidad de veces que habrán escuchado este álbum los hermanos Urquijo.
– The J. Geils Band, ‘Full House’
¿Quiénes son? La mayoría conocimos a The J. Geils Band cuando ejercieron de teloneros de los Rolling Stones en 1982, en la gira que les trajo a España por segunda vez (la primera fue en Barcelona en 1976). En aquella época estaban triunfando con un disco llamado Freeze Frame (1981) y su canción Centerfold, lo más comercial de su carrera. Pero antes, en los setenta, esta banda de Massachusetts produjo incendiario rock and soul.
¿Por qué es tan bueno Full House? Una recomendación: buscar en YouTube grabaciones en directo de la J. Geils Band de los setenta. Difícil ver una demostración tan salvaje, divertida y a la vez virtuosa del rock and roll. Este disco, después de dos sensacionales trabajos en estudio, es la demostración de su ardiente directo. Pilotando la nave el vocalista Peter Wolf, el guitarrista J. Geils y el armonicista Magic Dick. Un trabajo con canciones propias y versiones enloquecidas de Smokey Robinson, Otis Rush o John Lee Hooker. Tremendo, para gritar y bailar en el salón de casa.
– Deep Purple, ‘Machine Head’
¿Quiénes son? Para 1972 Deep Purple ya había editado In Rock (1970) y se habían convertido en la banda de rock duro más vendedora. ¿Podrían superar aquello? Sí, lo hicieron…
¿Por qué es tan bueno Machine Head? Hablamos del disco donde aparece el riff de guitarra más famoso de la historia del rock, el de Smoke On The Water, que de tanto escucharlo, dicho sea de paso, le hemos cogido manía. Pero veamos lo demás. No hay mejor apertura de un disco de rock que Highway Star, con insuperables solos de teclados (Jon Lord) y guitarra (Ritchie Blackmore). Lazy, con su aire blues, es arrolladora; Space Truckin’ debe ser una de las canciones de cabecera de Jack White; When A Blind Man Cries supone un recado para Led Zeppelin: nosotros también sabemos componer buenas baladas rock… Y así todo el disco. Ian Gillan está es su mejor momento vocal (y eso es decir mucho) y la guitarra de Blackmore se luce con esa mezcla de estructuras de música clásica, blues y psicodelia. La gira de este disco se recogió en Made In Japan, uno de los directos de rock más populares, un álbum con impacto incluso en España, que todavía con Franco vivo sirvió como banda sonora de citas clandestinas con bebida y porros. Y como tanto éxito es difícil de gestionar, poco más de un año después Ian Gillan abandonó la banda por sus continuas luchas con Ritchie Blackmore. Luego volverían a ser amigos, más tarde se pelearían otra vez… Y así…
– Neil Young, ‘Harvest’
¿Quién? En 1972 Neil Young tenía 26 años y debía digerir su fracaso hippy: el joven idealista había transmutado en un millonario viviendo en un rancho de medio millón de dólares (dinero de principios de los setenta). Pero no por ello se iba a acomodar artísticamente.
¿Por qué es tan bueno Harvest? En la canción Old Man el canadiense explica su situación, al dedicar la letra a uno de los cuidadores de su amplia propiedad californiana: “Viejo, mira mi vida, soy muy parecido a ti, necesito alguien que me ame”. También habla (sin metáforas) de la devastadora heroína en The Needle and the Damage Done. O de su visión del retrógrado sur de Estados Unidos en Alabama (canción replicada por Sweet Home Alabama, de los ceñudos Lynyrd Skynyrd). Y luego está, claro, su primer gran éxito, Heart of Gold. Parece un disco deslavazado (alguna toma en directo; la sorprendente aparición de la Orquesta Sinfónica de Londres; colaboraciones de postín que apenas se sienten: James Taylor, Linda Ronstadt o David Crosby…) pero existe un hilo conductor que sirve más que cualquier concepto: todas las canciones son de 10.
– Big Star, ‘#1 Record’
¿Quiénes son? Uno de esos “mejores grupos de la historia con la mayor de las malas suertes”. Incomprendidos y caídos en las peores manos (los componentes siempre lamentaron que se recorrían las tiendas de discos y en ninguna encontraban su álbum de debut debido a la mala distribución de la discográfica), acabaron diluyéndose en malos rollos internos y penurias económicas. Y estarían para siempre olvidados si no llega a ser por grupos como R.E.M., que en cada entrevista los ponían merecidamente en los altares.
¿Por qué es tan bueno #1 Record? Dos fuerzas creativas como Alex Chilton y Chris Bell solo podían discurrir por un camino: componer un disco de leyenda y pelearse tanto en el proceso que acabaron separándose. Chilton firma las piezas más sentidas, como dos baladas que se escuchan con un nudo en la garganta: The Ballad Of El Goodo y Thirteen. Y Bell se encarga de los temas glam, también soberbios. Los dos murieron jóvenes (sobre todo Bell, a los 27; Chilton se fue a los 59) para agrandar su malditismo.
– Jethro Tull, ‘Thick as a Brick’
¿Quiénes son? Por si había alguna duda sobre quién mandaba en el grupo, este es el disco en el que Ian Anderson toma el mando absoluto de Jethro Tull. Tenía 24 años, había compuesto Aqualung (1971), un trabajo que todos los críticos anunciaron como “conceptual” y que él se hartó de decir que no lo era.
¿Por qué es tan bueno Thick as a Brick? Hay que decir primero que Anderson era un fanático del grupo de humor inglés Monty Python y su forma de diseccionar críticamente a la sociedad británica. Fue su ejemplo para Thick as a Brick. Como mucha gente había asegurado que Aqualung era un disco conceptual (todas las canciones unificadas por una idea común), Anderson decidió que este sí lo sería, pero parodiando este tipo de álbumes. Y la broma se convirtió en una obra fundamental del rock progresivo. Solo una canción, dividida en dos partes para encajarla en las caras del vinilo, que cuenta la historia de un chico de ocho años que gana un concurso de poesía, pero al que luego le arrebatan el premio porque deja embarazada a una chica de 12 años. Una crítica a la sociedad de su país, a la Iglesia, a la hipocresía británica… Un mensaje encumbrado con una elevada música que combina rock duro, jazz o música clásica. Todavía hoy resulta fascinante.
– Barrabás, ‘Barrabás’
¿Quiénes son? Uno de los grupos más internacionales que ha tenido España, con varios número uno en Estados Unidos en los años setenta y sonando en discotecas hasta que entraron los ochenta. Ideados por Fernando Arbex tras dejar Los Brincos. Hablamos de los orígenes del pop español…
¿Por qué es tan bueno Barrabás? Con una portada diseñada por Luis Eduardo Aute, es el primer trabajo del grupo, influido por el rock latino de Santana y el africano de Osibisa. Con esos mimbres compusieron temazos como Wild Safari, Woman, Only for Men o Rock and Roll Everybody, este último un febril soul rock, género que también encaraban de maravilla. Es un álbum con proyección internacional grabado por una banda española. Años más tarde continuaría el éxito con su incursión en la emergente música disco.
– Todd Rundgren, ‘Something/Anything?’
¿Quién es? En los sesenta, Todd Rundgren había destacado por ser un loco de los estudios de grabación, lo que le llevó a trabajar en discos de Patti Smith, Badfinger, Meat Loaf o XTC. También tenía una banda, The Nazz, que no trascendió más allá de los aficionados sibaritas. Su talento como solista explotó a principios de los setenta.
¿Por qué es tan bueno Something/Anything? Mucho antes de que lo hiciera Andrés Calamaro con El Salmón, Rundgren experimentó eso de encerrarse solo en un estudio y grabar música mientras se atiborraba de drogas. Así se creó Something/Anything?, un disco doble donde el estadounidense ofrece preciosistas medios tiempos pop llenos de majestuosas melodías. Haciendo gala de su alergia a la comercialidad y a la fama, el músico se boicotearía con sus estrambóticos experimentos en algunas fases del disco. Una tendencia que seguiría en siguientes entregas en solitario y en proyectos como Utopía.
– Steely Dan, ‘Can’t Buy A Thrill’
¿Quiénes son? Mientras el rock se hacía peligroso con personajes como Ziggy Stardust, Marc Bolan o Lou Reed, aquí estaban en contraposición Walter Becker y Donald Fagen, dos virtuosos instrumentistas nerds de vestimenta despreocupada y amantes del jazz y Frank Zappa. Nadie daba un centavo por ellos.
¿Por qué es tan bueno Can’t Buy A Thrill? En alguna ocasión Becker y Fagen insinuaron que pergeñaron su disco como un trabajo de temas comerciales pop para luego tener suficiente crédito (dinero también) y enfrentarse a una carrera mucho más experimental. Les salió de lujo. Todas las canciones de este disco son tan refinadas como accesibles. La incorporación de percusiones latinas, el sol del rock californiano, la influencia de los Beach Boys, los solos de guitarra preciosistas, los teclados creando mullidas melodías, las armonías vocales… Qué maravilla. La portada, por cierto, con un grupo de prostitutas en la calle, fue censurada en España. Recuerden: 1972.
– Nick Drake, ‘Pink Moon’
¿Quién es? La encarnación del fatalismo. Solo editó tres discos, nunca logró vivir decentemente de la música y cayó en una depresión que le llevó a la muerte después de una sobredosis de pastillas. Tenía solo 26 años. Su desaparición en noviembre de 1974 (acaecida en casa de sus padres, con los que había vuelto a vivir debido a su mala situación económica) no ocupó casi espacio en la prensa. No fue hasta los años noventa cuando su figura se empezó a conocer al ser reivindicado por músicos como Thom Yorke, Paul Weller, Robert Smith o Michael Stipe. En 2000, la marca de coches Volkswagen utilizó su tema Pink Moon (el que abre este álbum) para un anuncio. El disco, que había vendido en 1972 poco más de 3.000 unidades, despachó entonces 200.000.
¿Por qué es tan bueno Pink Moon? Una guitarra acústica, algún piano y la voz de Nick Drake. Nada más se escucha en este disco de solo 28 minutos y 22 segundos. La grandeza se encuentra en la voz susurrada del británico, doliente, sin intermediarios, como si estuviese tocando en la habitación del oyente. Música desnuda, lamentos de un alma herida, palabras temblorosas.
– Pappo’s Blues, ‘Vol. 2′
¿Quién es? Norberto Napolitano, alias Pappo, eminencia de la música argentina. Seguramente el mejor guitarrista de blues-rock que jamás dio el rock nacional, como se denomina allá. Murió joven, en 2005 con 54 años, y la Argentina rockera lloró como solo ellos lo sienten ante sus ídolos locales.
¿Por qué es tan bueno Vol. 2? Tras su paso por grupos legendarios del primer pop argentino como Los Gatos o Los Abuelos de la Nada, Pappo comenzó su carrera en solitario con un trío de blues-rock. Podría haberse limitado a demostrar su virtuosismo siguiendo las enseñanzas de Jimi Hendrix Experience o Cream. Nada más lejos: Pappo desarrolla un estilo de guitarra propio y canta con su voz profunda y alta (muy similar a la de su compatriota Moris) en español, cuando nadie se atrevía a interpretar blues en castellano. Críticas a la violencia que se vivía en aquella época (“que si nos ponemos todos de acuerdo llegará la paz”, Llegará la paz), cuentos de un tipo solitario (“pero aquí estoy, tan solo en la vida, que mejor me voy”, Desconfío) o cantos a una libertad en un periodo en el que su país era gobernado por los militares (“camino por la calle y no comprendo lo caro que es la libertad”, Pobre Juan). Todo con continuas demostraciones épicas de solos de guitarra, como el de Tumba (Cementerio), que cierra el disco. A ver si puede con él Clapton…
– Lou Reed, ‘Transformer’
¿Quién es? Lou Reed tenía 30 años y el agua al cuello. Despuntó con The Velvet Underground, pero su primer disco en solitario había fracasado. Llamó a la desesperada a David Bowie, en pleno subidón tras la grabación de Ziggy Stardust e hicieron esta obra perfecta.
¿Por qué es tan bueno Transformer? Nueva York no solo era esa “flamante” ciudad a la que cantaba Frank Sinatra. Aquí estaba Lou Reed para narrar lo que pasaba en los callejones y las habitaciones de los hoteles baratos, historias de prostitutas, chaperos, transexuales, yonkis, vagabundos… Un Reed maquillado, bisexual y desprejuiciado relata con la voz de un poeta macarra cómo transcurre la vida en el lumpen de la ciudad. ¿Es Perfect Day un canto a la heroína o es simplemente una jornada perfecta de una pareja? Todo es interpretable en unas letras que exudan vicio, luces parpadeantes y asfalto. Es el disco donde irrumpen Walk On The Wild Side, Vicious, Satellite of Love o la citada Perfect Day. Glam rock, cabaret y agrias baladas conforman un álbum sin puntos débiles.
– Stevie Wonder, ‘Talking Book’
¿Quién es? Un adolescente Stevie Wonder ya fabricaba por encargo de la Motown éxitos inmediatos de soul. Al cumplir los 20 era una joven-veterano que ya no se conformaba con la fórmula de la canción bailable de dos minutos y medio. Así que empezó a crear su propio sonido. Ahí es donde toma forma Talking Book. Wonder solo tenía 22 años.
¿Por qué es tan bueno Talking Book? Con este disco empieza la leyenda Stevie Wonder. El músico apuntala su estilo: funk ardiente, conciencia social (como en Big Brother, crítica a una clase política solo interesada en la poltrona), baladas inmortales (You Are The Sunshine of my Life), un sonido de teclados que ya será el suyo (sobre todo con la utilización del gomoso claviret) y una voz versátil que suena romántica en las piezas reposadas y afilada cuando el ritmo se acelera. Todo coronado por Superstition, pieza que suene en el punto del planeta que suene resulta el optimismo hecho canción.
– Black Sabbath, ‘Vol. 4′
¿Quiénes son? Unos chicos de la oscura y deprimente Birmingham convertidos en millonarios gracias a tres discos en dos años que pusieron las bases de lo que luego se llamó heavy metal.
¿Por qué es tan bueno Vol. 4? Les llovía el dinero en 1972 a los Sabbath así que dejaron su sombría ciudad inglesa para recalar en un estudio de grabación de Los Ángeles. ¿La consecuencia? “Nos gastamos más en cocaína que todo el presupuesto del disco”, ha dicho el bajista, Geezer Butler, quizá exagerando (¡o no!). Lo mejor que se puede decir de Vol. 4 es que mantiene las pautas de los tres primeros trabajos (esos pesados e inquietantes riff de guitarra de Tony Iommi, la demoledora sección rítmica y la enloquecida voz de Ozzy Osbourne) y se abre a experimentos como Changes, una deliciosa balada a piano y voz, o a unas melodías folkies de guitarra acústica por Iommy en Laguna Sunrise. Memorables, como en casi toda su carrera.
– Randy Newman, ‘Sail Away’
¿Quién es? Uno de esos personajes fascinantes que la industria de la música no logra entender y, afortunadamente, deja a su bola. Mientras Randy Newman componía por encargo fue editando discos en los setenta con poca repercusión en ventas, pero de gran calidad, como Sail Away. En los ochenta, Newman se volcó en las bandas sonoras, convirtiéndose en uno de los compositores de cabecera de Pixar. Suyas son las músicas de la saga Toy Story, Cars o Monsters, Inc. Ha ganado dos Oscar.
¿Es tan bueno Sail Away? Hermosas canciones de pulsión Nueva Orleans, con el piano como instrumento principal. Todo parece bonito hasta que se rasca en las letras de Newman, un maestro de lo sardónico, notable creador de personajes singulares con los que destripa sus propias contradicciones y las de una sociedad americana tan fascinante como esquizofrénica. En Sail Away se incluye You Can Leave Your Hat On, que en la voz de Joe Cocker puso música a una de las escenas más famosas del cine de los ochenta en Nueve semanas y media.
– Al Green, ‘Let’s Stay Together’
¿Quién es? Una de las grandes voces del soul, quizá la más relevante de la segunda generación (tras los Otis Redding, Sam Cooke, Marvin Gaye…) y la única que no nos ha dejado. Green cuenta 75 años y todavía se le puede ver en una iglesia de Memphis entonando góspel con su maravillosa voz.
¿Por qué es tan bueno Let’s Stay Together? Desde que suena ese bajo seguido de unos vientos para luego entrar la voz suave de Al Green… Es el comienzo del álbum con la canción que le da título, Let’s Stay Together, la misma que cantó Barack Obama en un congreso de su partido en 2011. Y a partir de ahí el oyente entra en el placentero mundo de Al Green y sus cantos alegres al amor. Un disco sensual y vitalista para disfrutar de la voz de Green, un falsete imitado mil veces, desde Mick Jagger a Prince.
SOBRE LA FIRMA
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.
Fuente del artículo: Por qué son tan buenos estos 20 discos que cumplen 50 años en 2022 | Cultura | EL PAÍS (elpais.com)